Ella está muy lejos, más que aquella montaña o el mismo horizonte.
Su mirada se quedó quieta, como deseando el olvido.
El camino olvidado.
En esta noche no hay palabras, no hay caricias; ni siquiera distancia,
No están aquellos ojos mirándome con cierta ternura mezcla de paz y belleza.
Ella está muy lejos, escondida en un silencio que duele.
Mi boca la busca en la plaza desierta en la que un día la vi por primera vez;
Quieta y llena de nostalgias.
He dibujado su rostro una y otra vez en una playa llena de huellas,
De rocas y pinos altos y largos como su pelo.
Ella está muy lejos, se ha ido con la brisa del viento sur a algún lugar.
Su nombre es mi soledad como soledad es su nombre.
Quizás vuelva a cruzarla en los pasillos del sueño y pueda abrazarla
Y sentir por un instante el calor de su boca en mis labios.
Aprendí a pensar en ella como piensa el pájaro en primaveras.
Después, eso fue todo: no hubo más palabras ni miradas...solo un inmenso adiós