Quien hubiera dicho que mis ojos iban a verte sin niebla.
Cuando poco a poco conocí las palabras que nacen de tu boca con tanta riqueza.
En tu imagen descubrí un mar de cosas que no imaginaba y ahora guardo con la esperanza de descubrir un poco mas de tus nostalgias.
Quien hubiera dicho que desde aquella primera mirada tu nombre y tu voz sonarían en mis mañanas al despertar cada día,
Noche a noche navego por tu piel cuando duermes,
Sintiendo el calor de tu piel,
Esperando que tus besos vuelvan a darme vida.
Quien hubiera dicho que una noche cualquiera tus manos y mis manos navegarían el mismo silencio en una noche que nunca olvidaré.
Quien hubiera dicho que tu risa sonaría aun hoy después de años de besos y caricias.
El sueño de tu amor nació hace mucho tiempo en una plaza que nos esperó impaciente durante horas en una madrugada de diciembre.
Tu mirada pequeña estaba ahí como naciendo entre las palabras que una a una fuimos enumerando casi sin pensar.
Después de los besos el abrazo y las caricias, nada volvió a ser igual.
Yo andaba otros caminos y el mundo era una enorme metáfora que nunca terminaba de entender, entre soledades y horizontes sin final.
Aquel primer beso hizo nacer nuevas pasiones y una fuente de caricias y viajes a lugares que nunca olvidaré.
El prado nos vio mas de una vez llenándonos de besos y caricias en más de una noche y madrugadas, los viajes al rincón ajeno que nos pertenecía por unas horas en las tardes que iluminaba con el silencio infinito.
La playa semidesierta,
Las noches en cualquier lugar,
Los viajes sin camino.
Todo fue nuestro y todo lo guardamos en nuestros corazones.
El tiempo pasó y aprendí a leer el amor en tus ojos cuando duermes y el cariño que nace cuando estas abrazando el silencio sin moverte a mi lado.
Los años,
Los besos,
Las caricias,
Los abrazos,
Las miradas cuando estas y nada importa.
Todo forma parte de lo que nunca dejamos morir.
A tu lado aprendí que el amor no tiene imagen,
Que es apenas eso que soñamos y deseamos,
Eso que tanto nos duele y a la vez nos atrapa.
Hemos luchado contra muchas cosas y personas,
Hemos dejado cosas atrás,
Hemos derrotado la soledad y el olvido.
Todo por sentirnos más cerca y al fin amarnos sin límites.
Hemos atravesado tormentas y derribado distancias hasta llegar a este milagro que construimos despacio y llenos de esperanza.
Nunca nadie podrá destruir el mundo que hicimos con tanta calma y tantos días y noches de mirarnos el uno al otro,
Viajes sin destino a cualquier lugar y más allá de todo y todos,
Siempre terminar en este horizonte lleno de besos y caricias.
En estos muchos días y noches supe que el mundo no es otra cosa que esperar tus besos cuando llegas,
La risa cuando hablo,
Las caricias cuando duermes,
El beso cuando nos atrapa el silencio.
Mañana seguiré extrañando tus manos en mi piel cuando no pueda dormir,
Buscaré en vano alguna señal que me llevé a encontrarte.
Voy a extrañar tu voz cuando busque algo que me haga soñar.
El tiempo nos llevó por muchos lugares y hemos luchado contra muchas cosas y muchas personas y no hemos dejado que nada ni nadie derribe nuestra esperanza.
Voy a guardar el azúcar de tus besos para cuando el frío golpeé mi cara y mis manos,
Caminaré solo buscando el color de tu pelo,
Y las palabras que siempre nacen de tus labios al partir.
No sé donde ni como serán las horas sin la suerte de tenerte en mis manos,
Quizás deambule por los pasillos del sueño hasta encontrarte y decirte que te amo.
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